Sábado 19 de Abril
Dado lo tarde que se acostaron, lógico era que amanecieran a las mil. Cuando Tony levantó la persiana, el panorama era desolador. “Parece que no hay tregua”, masculló, como dirían los Barri. El asunto no había variado respecto a como lo dejaron. Y concluyeron que ese día sí que iba a ser duro, porque los charcos ya serían pantanos.Pero mientras estaban intentando ponerse en marcha, recibieron una llamada del Largo: “No vengáis para el recinto, que el festival se ha tenido que suspender desde por la mañana… Con la lluvia se han jodido los equipos… “. ¡Qué bajón!. Pensaron en la de conciertos que se perdían: Europe, M Clan, Manolo Chinato, Molotov, Koma, The Iron Maidens, Raimundo Amador, Ariel Rot… y tantos otros que no conocían de antemano, pero que les hubiera molado ver de qué iban. Todo acabó precipitadamente.
Podrían haber pensado incluso en volverse para Madrid ese mismo día. Pero no: nuestros festivaleros tenían todavía mucha marcha en el cuerpo, y decidieron ver qué les ofrecía Cáceres aparte del Extremúsika.
Para empezar, pasaron la tarde con otros colegas residentes allí, que les enseñaron varias tasquillas guapas. Y empezaron a animarse.
Pero, justo antes de salir hacia esa cita, el Largo volvió a darles un toque para ofrecerles una información de última hora: iba a haber una fiesta de cierre del Extremúsika (un poco en plan privado, no para el público en general) en el Hotel Barceló V Centenario, donde iban a tocar los Gipsy Kings un pequeño concierto. “Tampoco es que sea nuestro grupo preferido…”, convenció Tony a Dani, “… pero puede estar divertido. Seguro que nos lo pasamos bien.”.
Y así fue, porque allí estaba toda la peña de la organización, y gente de algunos grupos. Como Gerardo, de Vantroi, al que por fin tuvieron la oportunidad de conocer. Mientras actuaban Gipsy Kings la gente se animó a bailar, como en cualquier fiesta gitana que se precie.
Y en cierto momento, hasta subieron los invitados de una boda que había en uno de los salones del hotel. ¡Vaya baile de lujo para un casamiento!
Ellos, mientras tanto, charlaban con sus colegas, ya liberados de trabajo. Y pudieron conocer al grupo RA. No tenían ni idea de quienes eran, sólo sabían que deberían haber tocado los primeros del sábado.
Bueno, sabían eso, y el encuentro que tuvo anteriormente Dani con un alto y rubio mozo, componente de la banda, que le llamaba por detrás para avisarle de que Tony le reclamaba y, ya de paso, decirle que la camiseta que llevaba le parecía “The best fucking album of Judas Priest”.
A lo cual Dani sólo pudo responder con el gesto de los cuernos heavies, sobrecogido por el ímpetu del teutón.
Así que RA les parecieron lo mejor como gente. Y su manager, encantador. De hecho sabía bastante español y era más fácil comunicarse con él. Cachondos, generosos (les regalaron todo tipo de Merchandising, incluyendo su propio disco), posaron en mil fotos con ellos, charlaron largo y tendido… Parece que volverían pronto a España para tocar.
Y el disco, que escucharon con posterioridad, les pareció muy bueno. Seguro que nuestros rockeros aprovecharían una de las ocasiones en que RA viniera a España para pasarse a ver cómo se lo hacen en directo.
También tuvieron tiempo nuestros festivaleros para conversar con el chico que estuvo en la barra de la zona VIP del festival, y que resultó ser un antiguo camarero de El Piratas. Recomendable garito heavy de Alcorcón digno de visitar.
Acabó el concierto, y decidieron irse a cenar algo en un excelente mesón que encontraron por el centro. Destacaremos que nuestros amigos son de estómago agradecido, y que no hacen ascos a unas ricas viandas que se les pongan por delante.
Y después, para acabar la noche, unas copitas. Cuando les preguntaron por baretos heavies, sus amigos autóctonos les aconsejaron, entre otros, el Berlín, que está en la misma Plaza Mayor de Cáceres. Y allí se tiraron ya todo resto de noche. Con una ambientazo de muerte. Todo el Extremúsika estaba allí metido. Memoria de Pez (el grupo del cantante de Inconscientes) y RA, por ejemplo. Y disfrutaron de una muy, muy buena música.
Sólo faltó ya que se pasaran por allí los Europe: los grandes anhelados. Y es que, a falta de Joey Tempest, que viajaba más tarde que el resto de su banda y se enteró en Madrid de la anulación del concierto, estaban el grupo al completo en la ciudad. Y algunos les vieron en un famoso restaurante, disfrutando de unos suculentos manjares extremeños.
Y alguna intentó acercarse a verlos más y más de cerca… Pero esto es ya prensa rosa, así que deberían contarlo otros, ;)…