lunes, 3 de agosto de 2009

Metallica en Dublín (1/3)

Me habían regalado unas entradas para ver a Metallica en Dublín, y no veía el momento de que llegara el finde señalado:


Pero llegó, y allí estábamos nosotros, decididos a "liarla parda". Aterrizamos un día antes y aprovechamos para ir a hacer una visita a la Guinness… a ver, que me estoy liando, eso es otra historia...

Teníamos un poco de lío con el sitio donde iba a ser. Sabíamos seguro que había habido un cambio de ubicación, pero lo que no acabábamos de pillar es si era en Fairyhouse Racecourse, o en Marlay Park.

Después de una tarde-noche de viernes nefasta en informaciones al respecto, nos levantamos temprano, decididos incluso hasta a ir a la embajada para que nos lo aclararan, ;)… Pero primero, claro está, había que tomar fuerzas con un buen desayuno irlandés. Que nunca sabe uno lo que le espera…

Y esa fue nuestra salvación. Lo que tenemos los hevies es que nos gusta ponernos camisetas heavies, y sobre todo si vamos a un concierto… Gracias a ello identifiqué en la cola del buffet a un grupo de seguidores, y a por ellos que me fui… ¡Pero eran heavies que hablaban inglés de puta madre! Menos mal que ellos me entendían a mí, porque luego yo a ellos "ná de ná"… Lo bueno es que recurrir al "Canyiuraitit,plis?" siempre es una salida. Así que tan contentos:


Pese a alguna que otra duda existencial más, divisamos una parada de bus por donde nos habían dicho, en la que una larga fila de camisetas negras esperaba…


Y ya íbamos encaminados… Por cierto, sí, era en Marlay Park (el parque más grande de Europa, según un colega mío).

Sufrimos una cola de 3 horazas por lo menos, todos muy bien colocaditos en ella –que no sé yo si eso sería así en España-… Eso sí: en un marco incomparable.


Decían que la apertura de puertas era a las 13:30, pero la primera valla la abrieron a las 13:45 por lo menos... Y luego hubo otra gran espera en un caminito cubierto de "follaje".


Que era lo que ya conducía a los tornos, de los que apenas había una hilera de 5 ó 6. Así que se formó un tapón de la hostia. Y encima nosotros con el acojone de si no nos dejaban pasar la cámara al final, o si la entrada impresa en Madrid no iba a ser leída por el lector del evento, y nos íbamos a quedar fuera.

Pero no: ¡por fin entramos! (a las 3).

El sitio era precioso, parecía increíble: una pradera supergrande, toda cubierta con césped tupido y verde, que resistió impasible las pisadas de la multitud durante todo el festival.


(Continuará...)

2 comentarios:

Toledana dijo...

Me ha encantado este post! ¡Vaya fotacos!
¡qué bueno!
Sigue así...

ADI dijo...

Me alegro que te haya gustado, Toledana, ;)... La verdad es que con esos paisajes es fácil sacar fotos bonitas.